Después de conseguir su independencia, las nuevas naciones tuvieron que encarar terribles problemas. Que iban desde pobreza extrema, sobrepoblación, falta de servicios de salud y educación, así como numerosos conflictos políticos internos e externos. Guerras, revoluciones y golpes de Estado fueron palabras comunes en sus primeros pasos siendo naciones independientes.
Si bien a mediados del siglo XX muchas naciones africanas y asiáticas disfrutaban de su recién obtenida autonomía política, muchas de ellas de las dos superpotencias por expandir su hegemonía, tal es el caso de Vietnam.
La nueva situación no puso fin a los problemas. El más apremiante deriva del pasado: al haber sido formadas como economías abastecedoras de materias primas y fuerza de trabajo (principalmente africana), en los países de la zona no había tradición tecnológica, desarrollo agropecuario propio ni control de rutas comerciales.
La solución inmediata fue buscar apoyo en las mismos países que las oprimieron: las potencias para continuar haciendo lo que realizaron durante siglos: malbaratar sus recursos naturales y trabajar por jornadas miserables.
La mayor parte de los Estados adquirieron sus fronteras con base en el trazo que arbitrariamente diplomáticos y administradores europeos del siglo XIX habían impuesto. Por tanto, los grupos étnicos a menudo quedaron separados por fronteras que no tenían que ver con sus tradiciones y lealtades. Por ejemplo las fronteras de países como Camerún, Nigeria y Dahomey, Togo, Ghana, Liberia y Sierra Leona son proyecciones casi rectilíneas de las cabezas de puente establecidas por Francia e Inglaterra en la Costa Occidental.
Otro gran problema generalizado en el continente africano ha sido su falta de presencia diplomática para hacerse escuchar
Muchas gracias . Me sirvió de mucho la info.
ResponderEliminarBuenisima información!!!
ResponderEliminarbien echo
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